Si de algo pueden presumir los americanos es que todo lo que tocan lo convierten en una mina de oro, como es el caso de Albuquerque, donde ahora la vida de todos sus habitantes gira entorno a Breaking Bad.
Tours que recorren los sitios más famosos de la serie como la casa de Jesse Pinkman que heredó de su tía Ginny, la casa de Walter White y su mujer Skyler, el túnel de lavado que servía para blanquear el dinero de la droga o «Twister Grill» como se llama en realidad el local de «Los Pollos Hermanos» de Gus Fring, que ahora la mesa donde se sentaba Heisenberg está reservada solo para que la gente se pueda hacer una foto.
Incluso hasta puedes encontrarte en los comercios un montón de productos de todos los personajes de la serie y dulces basados en «metanfetamina azul» o «cristal azul» en lenguaje callejero, la droga que convirtió a Walter y Jesse en los mayores capos de Albuquerque.
Y es que parece que a esta ciudad de Nuevo Mexico le tocó la lotería cuando fue elegida para el rodaje de la serie, lo que antes era una ciudad como otra cualquiera donde sus únicos visitantes eran los que hacían la Ruta 66, ahora se ha convertido en un lugar turístico donde la parada es obligatoria si estas por Nuevo Mexico.
Pero no solo ha traído consecuencias buenas Breaking Bad a Albuquerque…
Walter White, o mejor dicho Heisenberg en una de las tantas veces que iba a casa con la intención de pedir disculpas a su mujer, acude con una pizza en la mano y cuando la repuesta de su mujer es que se pire por donde ha venido White lanza la pizza al tejado, una escena que el creador de la serie jamás se hubiera imaginado que iba a suponer tantos problemas a los verdaderos propietarios de la casa de Walter White, no solo paran cerca de 400 coches llenos de turistas para hacerse fotos en la fachada de la casa sino que también tiran pizzas a su tejado recreando la escena.
Igual que decimos que los americanos todo lo convierten en oro también decimos que se les va un poco la pinza…
No estáis de acuerdo?
Enjoy Backseries, Enjoy Heisenberg! ?